Glaucoma
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Qué es el glaucoma
El glaucoma es una enfermedad que afecta al nervio óptico. Se caracteriza por una pérdida progresiva e irreversible de fibras nerviosas, lo que se traduce en una pérdida gradual del campo visual pudiendo afectar severamente a la visión y, en el peor de los casos, provocar ceguera. Todo ello sin que el paciente apenas lo perciba en las primeras fases de la enfermedad.
Se trata de una patología causada por diferentes factores, entre los que destacan una presión intraocular alta, antecedentes familiares y edad avanzada. Sin embargo el único modificable y, por tanto, en el que se basa el tratamiento, es la presión intraocular. Por otro lado, algunas personas pueden desarrollar la enfermedad con cifras de presión intraocular consideradas normales.
Es primordial un diagnóstico precoz
En la inmensa mayoría de los casos no hay ningún síntoma que indique la existencia de glaucoma hasta que la enfermedad se encuentra muy avanzada. Por eso, para un control exitoso, es fundamental un diagnóstico precoz.
Un examen completo por parte del oftalmólogo es la única forma de detectar a tiempo la enfermedad y comenzar un tratamiento con más probabilidad de éxito. Recomendamos por tanto una revisión anual a partir de los cuarenta años y, si se tienen antecedentes familiares de glaucoma, incluso antes.
Quisiera añadir que aproximadamente el 50% de los pacientes con glaucoma no están diagnosticados, por lo que el riesgo de pérdida visual progresiva e irreversible en estas personas es elevado.
Detección y diagnóstico
El control periódico de la presión intraocular y el examen del fondo de ojo, entre otras pruebas complementarias, permitiría un correcto control de la enfermedad y poder valorar la necesidad de tratamiento cuando fuera necesario. Entre esas pruebas complementarias es fundamental conocer el grosor de la córnea (paquimetría), realizarse al menos una campimetría cada seis meses y medir el espesor de la capa de fibras nerviosas de la retina mediante la tomografia de coherencia óptica (OCT).
Tratamiento
Como he comentado antes, el único factor causante de glaucoma que se puede modificar es la presión intraocular alta. Por tanto, el principal tratamiento del glaucoma se basa en la reducción de esa presión intraocular. Existen diferentes opciones de tratamiento, desde medicación tópica con colirios hasta laserterapia o cirugía en casos que no evolucionen correctamente. Hoy por hoy no podemos parar la enfermedad, pero sí ralentizar su evolución. Es importante el cumplimiento estricto del tratamiento por parte del paciente y acudir a revisiones periódicas por su oftalmólogo para asegurar un adecuado control de la enfermedad. . Una de las cosas más complicadas suele ser concienciar al paciente de la importancia de ser constante en el tratamiento, dado que aplicando el colirio no se perciben cambios.